Washington.- La sombra del asalto al Capitolio de Estados Unidos, del que este sábado se cumplen tres años, se cierne sobre la contienda para las elecciones presidenciales de noviembre, habiéndose convertido en un arma arrojadiza entre el actual presidente, Joe Biden, y su antecesor, Donald Trump, acusado de instigar dicho ataque.
Aunque es pronto para saber con certeza cómo el ataque influirá en los votantes cuando acudan a las urnas, las narrativas divergentes de Biden y Trump reflejan cómo ese suceso es percibido de manera diferente según la afiliación política. La realidad es que, el 6 de enero de 2021, simpatizantes de Trump irrumpieron en el Capitolio con el objetivo de interrumpir la sesión parlamentaria en la que se iba a certificar la victoria de Biden en las elecciones de 2020, obligando a los legisladores a esconderse y a la policía a enfrentarse a los intrusos.
El asalto se produjo después de que Trump, en un mitin fuera de la Casa Blanca, instara a la multitud a dirigirse al Congreso y a “luchar con todas sus fuerzas”. Cinco personas murieron entonces, cuatro agentes de policía se suicidaron posteriormente, 1.250 personas han sido imputadas y ya se han dictado 890 condenas. El suceso podría influir en la participación de Trump en las presidenciales ya que este viernes el Tribunal Supremo de EE.UU. aceptó a trámite el caso sobre la expulsión del expresidente de las primarias republicanas del Partido Republicano en Colorado.