La popularidad de la jirafa Benito, que este martes cumple tres meses de haber llegado al estado de Puebla tras más de un año de maltrato en la frontera norte de México, llegó a las tradicionales artesanías de talavera del centro del país. Los visitantes del parque de conservación animal Africam Safari, a donde llegó Benito el 23 de enero, pueden encontrar más de 20 diseños, con solo seis colores permitidos y bajo las normas de la denominación de origen de la talavera de Puebla.
El animal, rescatado tras una campaña nacional de ambientalistas que presionaron al Gobierno, aparece plasmado con gafas, enamorado, mascando chicle o goma, con una rosa en la boca, o bailando. Jessica Varela, administradora de la fábrica de talavera Grupo Armando, compartió que la idea surge desde que comenzaron las primeras noticias del animal el año pasado, pero cuando anunciaron que vendría a Puebla no dudaron en comenzar a producir.